Las automotrices son de las industrias más interesantes de la historia de la tecnología, toda actividad que desarrolle un vehículo ha logrado captar el interés del común de las personas, pero las fábricas de autos, más que cualquier otra, todavía hoy despiertan un inusitado revuelo. La historia de las grandes firmas también corre con esta suerte, ya que gran parte de ellas surgen de la convicción de grandes precursores, inventores o emprendedores que poseen una visión que les permite construir un verdadero legado para la humanidad.
La industria japonesa nos ofrece diferentes ejemplos de lo que significa montar una automotriz, incluso en los contextos menos prometedores. El caso de Toyota Motor Corporation es una ocasión muy particular de saber más sobre autos y, también, sobre cómo aprovechar cada oportunidad que se presenta en el camino para construir el propio destino.
Los inicios de Toyota están marcados por el padre de su fundador, ya que es quien inicia en el negocio de la industria a su familia. Sakichi Toyoda había nacido con la curiosidad propia de un inventor nato, si bien en su humilde hogar no valoraban su afección por los aparatos y su funcionamiento, ya que esperaban que fuese carpintero como su padre, pero Sakichi supo cómo perseguir sus sueños.
Hijo de una hilandera, desde siempre buscó mejorar la tecnología de telares, su primera invención la patentó con solo 24 años, luego confeccionó el primer telar mecánico de Japón y desarrolló el mecanismo Jidhoka que permitía detectar defectos en las tramas, mejorando las prestaciones de todas las maquinarias conocidas; gracias a estas creaciones es que Sakichi funda la gran Toyota Industries Corporation.
Dentro de la próspera industria de Sakichi, surge como un proyecto particular la iniciativa de Kiichiro Toyoda, hijo del fundador que tenía todo su interés puesto en la fabricación de automóviles, y así es como en 1933 se fundó la Toyota Motor Corporation. Durante los viajes que Sakichi realizaba a Estados Unidos y Europa podía apreciar el gran crecimiento de las flotas de automóviles que circulaban en aquellos países y decidió depositar en manos de su hijo la tarea de producir automóviles Toyota en Japón.
Lamentablemente, Kiichiro no pudo compartir esta expansión con su padre, ya que antes de que el primer prototipo estuviera listo Sakichi falleció repentinamente. En la actualidad, la sede central de Toyota se encuentra en la ciudad homónima, en la prefectura de Aichi y también en Bunkyō que es el centro metropolitano más representativo de Tokio. Igualmente, por tratarse de una empresa multinacional tiene diferentes plantas en distintos países del planeta.
Sakichi Toyoda marcó a la historia de la industria no solo en Japón sino también en el mundo entero, su pasión por las maquinarias y la comprensión de sus procesos, solo era igualada por la curiosidad para conseguir que los procesos se perfeccionaran, minimizando desperdicios y errores a la vez que se maximizaba la excelencia de cada producción.
En esta búsqueda de la perfección no es extraño que el nombre de su gran imperio se llame Toyota en lugar de Toyoda, como su propio apellido. Esto se debe a que la forma de pronunciar el nombre Toyota es más sencillo y en japonés escrito su significado puede ser comienzo feliz.
En Japón, también, Toyota se considera próspero por la simbolización del número ocho, que se considera número de la suerte, porque son ocho los trazos necesarios para escribir Toyota en Katakana, escritura tradicional japonesa.
Si de tradiciones hablamos, el logo de la marca Toyota sin dudas lo es, ya que no ha tenido grandes cambios a lo largo de la historia de la marca. Si nos remontamos a su nacimiento debemos trasladarnos a 1936, año en que la firma organizó un concurso público, de inscripción abierta, en el que participaron más de 27.000 personas.
El concurso surge por la necesidad de tener un ícono que identificara los diferentes coches que la marca comenzaría a comercializar a lo largo del mundo. El elegido posee, como todavía podemos apreciar, tres óvalos, dos de ellos centrados de manera perpendicular representando una T, inicial de la marca, y un tercero que los contiene. El significado del logo, expresado por la propia empresa, es la unión y relación de confianza entre los conductores y la firma, además de figurar los eslabones de una misma cadena.
Desde 1936 este logotipo ha sido el ícono de la empresa sin presentar grandes cambios, solo en cuestiones como grosor del trazo o colores.
La firma Toyota desde sus inicios posee el compromiso de brindar la excelencia en cada uno de sus productos, esta es una razón de porque es una de las mayores productoras de autos del mundo. Kiichiro Toyoda para lanzar la rama automotriz de la industria, contó con el respaldo económico de su padre, pero también con la búsqueda del conocimiento a través de un viaje a Estados Unidos para conocer al dedillo aquello que las industrias occidentales estaban haciendo.
El trabajo comprometido y sin descanso para cumplir su meta, le ofreció a Kiichiro en 1936 desarrollar el Toyoda AA, todo el diseño y la fabricación se realizaron de acuerdo a las técnicas de producción sin desperdicio planteadas por su padre, centradas en la eficiencia de la utilización de la materia prima, la fuerza laboral y los procesos.
Estas prácticas que desarrolló Sakichi cimentaron las bases del Toyota Production System, que optimizando los procesos mediante el control del flujo productivo, fue el antecesor del sistema de gestión Lean Manufacturing, que hoy se implementa en todo el mundo.
Este Método de Producción Toyota constituye un conjunto de acciones interdependientes y transversales que ubican las prácticas centrando los esfuerzos en la satisfacción del cliente, logrando automóviles eficientes, de presupuestos ajustados y tiempos rentables.
Otra práctica desarrollada por la firma es la conocida como “Just in time", que se relaciona estrechamente con la producción y logística de compra a demanda. En esta forma de manejar el stock se reducen los gastos logrando que las materias primas hacia las fábricas o los productos al cliente lleguen justo a tiempo o, dicho de otro modo, apenas antes de que se los necesite y solo en las cantidades precisas minimizando gastos de inventario.
El primer vehículo desarrollado por Toyota fue un camión, el Toyota G1 en el año 1935, nadie podría suponer por entonces que se transformaría en todo un símbolo en la Segunda Guerra Mundial. Durante la contienda y por la participación activa de Japón en el enfrentamiento, la firma se dedicó casi en exclusiva a elaborar camiones para el ejército japonés.
Fue el momento crucial de poner en práctica el sistema de eficiencia, ya que el contexto ameritaba ser muy criterioso con el uso de los recursos, cada día más escasos. Estos camiones tenían una estructura simple, con reducidos componentes e instrumental mecánico básico. Un ejemplo de reducción en costos fue que, en lugar de instalar dos faros delanteros se colocaba solo uno al frente.
Pasada la Segunda Guerra Mundial Toyota dirigió todos sus esfuerzos en expandir la empresa para que sea conocida a nivel mundial. La satisfacción de los clientes vendría de la mano de la respuesta a sus necesidades, por ello, se invirtió en tecnología y desarrollo de innovación.
Este fue el sello único de la firma para hacer frente a la brutal competencia, mantenerse siempre a la vanguardia de los avances tecnológicos para brindar lo mejor a sus clientes.
La búsqueda de la excelencia que ha caracterizado a la firma desde sus inicios, en la actualidad, se grafica a través de la instalación no solo de plantas de producción que elaboren sus diferentes modelos, sino también en centros de servicios posventa para cada uno de los que eligen la marca para trasladarse a diario.
La presencia de la marca Toyota, así, se concibe con centros de ventas y de servicios por igual, garantizando el correcto mantenimiento de los coches en distintos lugares del planeta, desde Estados Unidos hasta Inglaterra, pasando por Brasil y Guatemala, por nombrar solo algunos destinos.
Al momento de compra, cada conductor puede reconocer en un Toyota el compromiso con la calidad y la excelencia, por ello al momento de seleccionar una póliza de autos para resguardar su capital, la elección contará con la misma reflexión. Una aseguradora de confianza es la principal aliada para un conductor de Toyota.
Más allá de los logros conseguidos y del lugar que ha sabido ganarse la marca en el desarrollo de la industria automotriz, los nuevos desafíos trazados es lo que permite que se lea un futuro más que promisorio en lo que Toyota posee por delante.
La búsqueda por sistemas más seguros para los automóviles, combustibles alternativos, tecnologías más sustentables y otras innovaciones esenciales para las automotrices de hoy son algunos de los actuales retos que tienen a los ingenieros de Toyota trabajando a diario para brindar la versión de mayor calidad y compromiso con los clientes.